Querida amiga

Hola amiga mía, por fin has conseguido descansar.
Ya me conoces, no soy hombre de muchas palabras.
Antes no hubiese podido decirte lo mucho que significa tu amistad para mi sin que se me saltasen las lágrimas, ahora tampoco, pero por lo menos no me verás hacerlo.
No he tenido el valor de ir a visitarte estos últimos meses, ahora ya sabes que no ha sido porque te hubiese olvidado, es que estaba reviviendo un episodio de mi vida que creía superado.
Hoy recibirás muchas visitas: amigos, contrincantes, familiares. Hoy todos dirán cosas buenas de ti, ya era hora ¿no?
Se que donde estés seguirás cuidando de tu familia, de Flix y de tus amigos (como me cuidaste a mi cuando necesité a una amiga de verdad).
Tu descanso ha llegado demasiado pronto, pero puedes descansar con la tranquilidad de que has hecho en pocos años por tu familia y tu pueblo lo que la mayoría de la gente no hará en su vida.
Descansa en paz, querida amiga,
Jesús