PILAR RAHOLA | 27/05/2010 | Actualizada a las 00:24h | Política
Tengo a Miquel Iceta por uno de los líderes más competentes de la fauna política. Es listo como el hambre, es hábil en el manejo de la retórica y es, sin duda, el eficaz fontanero de todos los acuerdos que es fan i es desfan en la política catalana. Teniendo en cuenta el gusto por la mediocridad que tanto abunda en el Parlament, hombres de la categoría de Iceta son muy apreciados. También tengo al president Montilla por un político serio, nada dado a experimentar con gaseosa, a pesar de sufrir, en propia carne –aritmética obliga– los insufribles devaneos adolescentes de los dos partidos minoritarios que le dan apoyo. Tengo al PSC por un partido de gobierno, cuyo alto sentido institucional va en paralelo a su sentido del ridículo. Y tengo a algunos de los consellers socialistas de larga biografía como gentes de mucha experiencia en el manejo de la alta política. Si todo es así, ¿qué hacen Miquel Iceta, el president Montilla, el PSC y todos los Nadal que habitan en el Govern dando apoyo al último guiñol esperpéntico de ICV, el partido más desprestigiado del Parlament?
Por supuesto, lo del caso Millet apesta por todos los poros, tanto desde la perspectiva de la capacidad delictiva del personaje como de los vasos comunicantes con la fundación de CDC. Pero también apestan los vasos comunicantes de alcaldías socialistas con comisiones urbanísticas, presuntos delincuentes pretorianos y otras cosas del vivir. Y apestan, y mucho, las abultadas subvenciones públicas a fundaciones cercanas a los partidos del Govern. Y apestan aún más los vasos comunicantes de alguna caixa presidida hasta ahora por Narcís Serra con fundaciones del PSC. Y por apestar, apestan mucho las astronómicas subvenciones de miles de euros que los de ERC e ICV dan a sus entidades amigas, algunas dedicadas a aspectos tan fundamentales del bienestar catalán como la búsqueda de la sexualidad palestina.
¿Van a montar una comisión parlamentaria, una de verdad, para pasar la prueba del algodón de todos los partidos de la Cámara? Para nada. Fieles a su condición estalinista, los de ICV no saben nada de Bartomeu Muñoz y algún alcalde iniciativo, consideran inapelable lo que hacen ellos, y están aquí para montar el número con los malos convergentes. El resto, desesperado con las encuestas, se apunta al bombardeo. Y así en un mes quieren hacer, debatir y concluir aspectos de enorme calado, y hacerlo, además, contra un solo partido. Huele mal. No sólo porque la guerra sucia ensucia a todos, y si cree el PSC que sacará rédito de ello, es que no ha entendido nada. También porque eso no es gobernar con buen tino, eso es perder con malas artes. Y el resultado será el previsible: pimpampum endogámico, ruido mediático y la gente observando el panorama, sabedora de la demagogia de todo ello. ¿Qué conseguirán al final? Que los envíen a todos a freír espárragos.
1 comentario:
Déu-ni-dó el titular comparat amb l'article, i déu -ni-dó la ràbia que li fa a la Sra. Pilar (pels que sabem el seu historial) la ràbia que li fa que s'investigui a CIU.
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