Jueves , 05-11-09
El presidente Montilla pierde aliados. El secretario general de UGT de Cataluña, Josep Maria Álvarez, que en las autonómicas pidió el voto para el líder socialista, reprochó ayer al presidente catalán que aún no se haya preocupado de reunirse con los sindicatos para abordar las consecuencias de la crisis, en especial el cierre de la planta de Lear en Tarragona y el abandono de la industria de las Tierras del Ebro.
Las grietas en el tripartito, visibles al no afrontar una acción conjunta frente a la corrupción destapada en el «caso Pretoria», abonan la malquerencia ciudadana hacia los políticos. Ahora es el sindicato UGT, aliado natural de los socialistas, quien azuza al presidente a consecuencia de la inacción del ejecutivo catalán para atajar la destrucción de empleo, que ahora se ceba en el sur del Principado.
Sin noticias de Palau
En su bitácora de la página web del sindicato, Josep Maria Álvarez recuerda que el pasado sábado, en la multitudinaria manifestación que tuvo lugar en Tortosa (Tarragona) contra el cierre de Lear en Roquetes, los sindicatos exigieron una reunión urgente con Montilla para tratar la drástica decisión de la multinacional, que dejará en la calle a más de 500 trabajadores. Pero «es miércoles y aún no tenemos noticias de la Generalitat», critica el sindicalista.
Álvarez asegura que en las Tierras del Ebro «el sentimiento de abandono crece inexorablemente» y que la crisis de Lear no ha hecho sino «abonar el convencimiento histórico» de que la región queda «demasiado lejos de las prioridades económicas» de todos los gobiernos que ha tenido Cataluña.
El dirigente sindical catalán subraya «que la distancia política se traduce en insensibilidad política». En su opinión, es necesario que el gobierno de la Generalitat «mire hacia el sur» y haga «alguna cosa más que prometer palabras». A juicio de Álvarez, la falta «de presión de los políticos, ocupados en otras cuestiones», ha dejado vía libre a la multinacional.
Llover sobre mojado
«Hace falta decisión, que se desarrolle un plan valiente, potente económicamente y con visión que permita asegurar el futuro de las comarcas del Ebro», indica Álvarez, que reclama asimismo un plan que comprometa inversión y que sea capaz de atraer proyectos empresariales que creen ocupación de calidad.
«Porque Lear no es más que la crónica de una muerte anunciada», lamenta Álvarez, que critica tanto la falta de compromiso de la empresa por mantener la planta de Roquetes como la falta de exigencia y de presión de la Generalitat, que ha permitido a la multinacional maniobrar libremente. «Ahora sólo llueve sobre mojado», concluye.
Nota: Me permito la licencia de poner un enlace al blog de Pere Muñoz. por lo del "llueve sobre mojado".
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